POEMAS DE MIHAI EMINESCU-"SOCIEDAD LITERARIA JUNIMEA"

23.04.2013 00:08

 

Mihai Eminescu Street

Mihai Eminescu Street (Photo credit: cod_gabriel)

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English: Iaşi , Central Universitary Library „Mihai Eminecu“ , Iaşi , Romania Română: Biblioteca Centrală Universitară “Mihai Eminescu”. Locaţie: Iaşi. Autor o_mores (Photo credit: Wikipedia)

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MIHAI EMINESCU

Mihai Eminescu o Mihail Eminovici (15 de enero de 1850 - 15 de junio de 1889) fue un poeta del romántico tardío. Posiblemente es el poeta rumano más conocido a nivel mundial, siendo sus obras más conocidas Luceafărul (El lucero o La Estrella de la Mañana), Mai am un singur dor (Ya echo de menos tan solo una cosa más), y 5 Scrisori (Las Cinco Epístolas).

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FUENTE: https://es.wikipedia.org

Era un miembro activo de la Sociedad Literaria “Junimea”, siendo además afiliado al Partido Conservador de Rumanía y periodista en “Timpul” (el periódico oficial del Partido Conservador).

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Orígenes

“Mihail” es una forma arcaica de Mihai, (Miguel en idioma español). Ambos se usaban en la época en la que vivió, y él usó los dos. De todas formas, en Rumanía se le conoce actualmente como Mihai Eminescu.

Su padre, Gheorghe Eminovici, era de Călineşti, por aquel entonces una aldea de la provincia austríaca de Bucovina, pero cruzó la frontera con Moldavia asentándose en el pueblo deBotoşani, y casándose con Raluca Iurăscu, descendiente de una antiquísima familia moldava de la aristocracia.

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English: Iaşi , Central Universitary Library „Mihai Eminescu“ , Iaşi , Romania Română: Iaşi , Biblioteca Centrala Universitară „Mihai Eminescu“ , Iaşi , România (Photo credit: Wikipedia)

Primeros años

Nació en IpoteştiBotoşani, en la región rumana de Moldavia. Pasó su infancia en Ipoteşti, en el hogar familiar. Entre 1858 y 1866 asistió a la escuela en Cernăuţi, finalizando el 4º curso como 5º de su promoción, tras lo cual realizó dos años de educación secundaria.

La primera evidencia de Eminescu como escritor es de 1866, cuando tras la muerte de su profesor de rumano, sus compañeros y él publicaron un panfleto Lăcrămioarele invăţăceilor gimnaziaşti (Lágrimas de los estudiantes del Instituto) para el que escribió el poema La mormântul lui Aron Pumnul (A la tumba de Aron Pumnul(Puño)).

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Años universitarios

En octubre de 1869 entra en la Facultad de Filosofía de Viena como estudiante extraordinario, es decir como simple oyente, faltándole el diploma de Bachillerato. Conoce a Ioan Slavici y a otros estudiantes rumanos de Transilvania yBucovina y entra en una sociedad de estudiantes llamada “România junǎ” (“La joven Rumanía“). Los años de universidad fueron en realidad para Eminescu años de profundizar en las grandes obras de la cultura occidental (y algunas de la cultura oriental).

Madurez

En 1874 Eminescu regresa a su país y vive en Iaşi hasta 1877. Trabaja como director de la Biblioteca Regional, revisor escolar para las provincias Iaşi y Vaslui o como redactor del periódico “Curierul de Iaşi“. Sigue publicando en la revista “Convorbiri literare“(Conversaciónes Literarias). Empieza su amistad con Ion Creangă, conocido hoy como uno de los cuatro clásicos de la literatura rumana. Su situación material es inestable y tiene problemas familiares.

En 1877 se mueve a Bucarest, donde hasta 1883 es redactor, y después redactor-jefe del periódico “Timpul“,(El Tiempo) el periódico oficial del Partido Conservador. Su actividad periodística es remarcable, pero la falta de apoyo debilita su salud física y psíquica.

En junio de 1883, extenuado, el poeta cae gravemente enfermo, siendo internado en el hospital del doctor Şuţu, y expuesto a un tratamiento a base de inyecciones con mercurio. También hay una versión según la cual el poeta cayó víctima de una conspiración política de los que habían sido acusados de corrupción en su periódico y de los que miraban con mal ojo su supuesta actividad en una sociedad secreta que luchaba para la liberación de Transilvania de la ocupación austro-húngara y para la unión de todos los rumanos en un solo Estado. Fue trasladado a un sanatorio de Viena, donde se interrumpió el tratamiento con mercurio y su estado mejoró, pero al regresar en Rumanía oscilará hasta el día de su muerte prematura. Muere en el 15 de junio de 1889 en la casa de salud del doctor Şuţu. La variante que parece más plausible es que Eminescu sufría de una enfermedad hereditaria llamada Trastorno Bipolar, que afectó también a dos de sus hermanos.

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En “La vida de Mihai Eminescu“, libro publicado en 1932, el crítico George Călinescu escribió estas palabras acerca de la muerte del poeta :

Así pereció, en el octavo lustro de su vida el más grande poeta, que nació y nacerá alguna vez, quizás, la tierra rumana. Aguas secarán en su lecho, y sobre su lugar de entierro se levantará algún bosque o alguna fortaleza, estrellas desaparecerán en la lejanía, hasta que nuestra tierra recogerá todas sus savias y las levantará en el tubo delgado de otra azucena con la fortaleza de esos perfumes.”

Ésta afirmación, como casi todo lo ligado a Eminescu, podría iniciar una polémica entre los literatos rumanos.

Su tumba se encuentra en el Cementerio de Bellu de Bucarest.

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Statue of Mihai Eminescu, Iaşi, Romania (Photo credit: Wikipedia)

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English: Iaşi , Mihai Eminescu Statue , Iaşi , Romania Română: Iaşi , Statuia lui Mihai Eminescu , Iaşi , România (Photo credit: Wikipedia)

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English: Iaşi , „Mihai Eminescu“ Museum , Iaşi, Romania Română: Iaşi , „Mihai Eminescu“ Museum ,Iaşi, România (Photo credit: Wikipedia)

TRES POEMAS DE MIHAI EMINESCU

FUENTE: https://zonaliteratura.com

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Flor azul

“¿De nuevo hundido en los astros,
en las nubes, en los cielos?
Por lo menos, no me olvides,
alma y vida de mi vida.

En vano los arroyuelos
juntas en tu pensamiento
y las campiñas asirias
y la tenebrosa mar;

las pirámides vetustas
que alzan sus puntas al cielo.
¡Para qué buscar tan lejos
tu dicha, querido mío! ”

Así mi niña me hablaba,
dulcemente acariciándome.
¡Ella tenía razón!
Yo reía, sin embargo.

“Vámonos al bosque verde,
donde las fuentes del valle
lloran y la roca puede
precipitarse al abismo.

Allí, en lo claro del bosque,
cerca del junco tranquilo,
bajo la serena bóveda
del moral nos sentaremos.

Y me contarás los cuentos
y me dirás las mentiras;
yo, con una margarita
comprobaré si me quieres.

Y bajo el calor del sol,
roja como una manzana,
tenderé mi cabellera
para cerrarte la boca.

Si tú acaso me besaras,
nunca nadie lo sabría,
pues debajo del sombrero,
¡eso a quién puede importarle!

Cuando a través de las ramas
salga la luna de estío,
tú me enlazarás del talle,
yo me prenderé a tu cuello.

Bajo el techo de las ramas,
al descender hacia el valle,
caminando cambiaremos
nuestros besos como flores.

Luego, al llegar a la puerta,
hablaremos en lo oscuro;
que nadie de esto se ocupe;
si te quiero, ¿a quién le importa? ”

Un beso más… y se ha ido.
¡Yo quedo bajo la luna!
¡Qué hermosa es y qué loca
es mi azul, mi dulce flor!

* * *

Tú, maravilla, te fuiste,
y así murió nuestro amor .
¡Flor azul, oh flor azul!…
¡Qué triste que es este mundo!

Versión de Rafael Alberti y María Teresa León

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Separación

¿Pedirte yo un recuerdo para que no te olvide?
Sólo a ti te quisiera, mas no te perteneces;
ni esa flor ya sin vida entre tu pelo rubio,
pues que sólo deseo que me eches al olvido.

¿De qué sirve sentir la dicha ya apagada,
que no se extingue y sigue igual eternamente?
El mismo río canta con diferentes ondas:
¿de qué puede servir la persistente pena
si a través de este mundo está escrito pasamos
cual sueño de una sombra y sombra de un ensueño?
¿Para qué preocuparte de mí más adelante?
¿Por qué contar los años que vuelan con los muertos?
Lo mismo da que muera hoy día que mañana,
ya que borrar deseo el rastro de mi paso,
ya que quiero que olvides nuestro sueño feliz.
No vuelvas, vida mía, a los años pasados,
en una sombra negra queda desvanecida,
como si jamás juntos hubiésemos estado,
como si aquellos años de amor se vaciasen.
¿De tanto haberte amado me podrás perdonar?

Déjame entre extranjeros la cara contra el muro,
que en mis ojos se hiele la luz de mis pupilas,
y así, cuando este barro a la tierra retorne,
¿quién sabrá ya quién soy, quién ya de dónde vengo?
y mis lamentaciones, atravesando el muro,
pedirán para mí el eterno reposo.
Sólo desearía que alguien cerca de mí
pronunciase tu nombre sobre mis ojos ciegos,
y después-si así quieren-que me echen al camino…
Más dicha yo tendré que la que tengo ahora.
Del horizonte llega la bandada de cuervos,
oscureciendo el cielo sobre mis turbios ojos;
que la tormenta estalle sobre el haz de la tierra,
mi barro al polvo vuelva, mi corazón, al viento…

Pero tú sigue en flor como luna de abril,
con tus ojos violeta, tu sonrisa de niña,
pues aunque seas joven siempre lo serás más,
pero no me recuerdes, pues de mí yo me olvido.

Versión de Rafael Alberti y María Teresa León

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La oración de un Dacio

Cuando aún no existían ni muertos ni inmortales
ni manantial había ni almendra de la luz,
ni nacido mañana, ni hoy ni luego ni siempre,
porque todas las cosas eran tan sólo una;
cuando la tierra, el cielo, el aire y este mundo
estaban en el número de lo que no existía,
entonces Tú eras solo, por eso me pregunto:
¿A qué Dios entregamos, humilde, el corazón?

Él sólo ya existía primero que otros dioses
y del profundo océano dio las fuerzas al rayo,
a los dioses el alma, a los hombres la dicha,
y es para los humanos manantial de salud.
¡Levantad vuestro coro! ¡Glorificadle en cantos
al que es fin de la muerte, resurrección y vida!

Para que la luz viera, Él me ha dado los ojos
y me ha llenado el alma de la suma piedad.
Puedo escuchar su paso entre el clamor del viento
y en una voz que canta reconocer su voz.
Mas siempre le mendigo algo de añadidura:
¡Que me permita entrar en el reposo eterno!

Que maldiga a quien piense tener piedad de mí,
que bendiga clemente a quien me está oprimiendo,
que escuche complacido a quien de mí se burle
y dé fuerzas al brazo que querría matarme,
permitiendo que triunfe sobre todos los otros
el malvado que quite hasta el pan de mi boca.

Rechazado por todos atravieso los años,
hasta que ya sin lágrimas vea secos mis ojos.
Cuando todos los hombres se yergan enemigos,
cuando yo no consiga casi reconocerme,

cuando los sufrimientos mi bondad petrifiquen
y llegue a maldecir la madre que he adorado,
cuando la ira cruel me parezca el amor…
el dolor olvidando, ya me podré morir.

Y si extranjero muero fuera de ley, entonces
este indigno cadáver tirad lo en la calleja,
y yo te ruego, Padre, desde el premio más alto
a quien mande a los perros rasgar mi corazón.
Y si alguien me apedrea golpeándome el rostro,
¡dale la vida eterna, Señor, tenle piedad!

Sólo de esta manera, Padre, te daré gracias
por la dicha que tuve de vivir en el mundo.
Para pedirte bienes no doblé la rodilla,
para la maldición quisiera conmoverte
y sentir que a tu soplo mi aliento se evapora
y en la extinción eterna me diluyo sin rastro.

Versión de Rafael Alberti y María Teresa León