Grandes poetas

GUSTAVO ADOLFO BÉCQUER (ESPAÑA,1836-1870)."POESÍA Y PINTURA".

 

-Gustavo Adolfo Domínguez Bastida- (España ,1836-1870)

VIDEO RIMAS  GUSTAVO ADOLFO BÉCQUER

8cc898eb7ebb6a1ddbf03ef701d156cf

6efa6e19f2f5ba03eaa88658a2793995

Poeta español. Es una de las figuras más importantes del romanticismo y sus Rimas supusieron el punto de partida de la poesía moderna española. Nació en Sevilla, hijo de un pintor y hermano de otro, Valeriano. También él mismo practicó la pintura, pero, después de quedarse huérfano y trasladarse a Madrid, en 1854, la abandonó para dedicarse exclusivamente a la literatura. No logró tener éxito y vivió en la pobreza, colaborando en periódicos de poca categoría. Posteriormente escribió en otros más importantes, donde publicó crónicas sociales, algunas de sus Leyendas y los ensayos costumbristas Cartas desde mi celda. Obtuvo un cargo muy bien pagado, en 1864, de censor oficial de novelas. Hacia 1867 escribió sus famosas Rimas y las preparaba para su publicación, pero con la Revolución de 1868 se perdió el manuscrito y el poeta tuvo que preparar otro, en parte de memoria. Su matrimonio, con la hija de un médico, le dio tres hijos, pero se deshizo en 1868. Bécquer, que desde 1858 estaba aquejado de una grave enfermedad, probablemente tuberculosa o venérea, se trasladó a Toledo, a casa de su hermano Valeriano. Este murió en septiembre de 1870 y el poeta el 22 de diciembre, a los treinta y cuatro años.

8e500a9f0d3968a38d0b6afb2c464cf8

Las Rimas, una colección de setenta y seis poesías, publicadas al año siguiente con el título inicial de El libro de los gorriones, poseen una cualidad esencialmente musical y una aparente sencillez que contrasta con la sonoridad un tanto hueca del estilo de sus predecesores. Formalmente son poemas breves en versos asonantes, donde el mundo aparece como un conjunto confuso de formas invisibles y átomos silenciosos cargados de posibilidades armónicas que se materializan en visión o sonido gracias a la acción del poeta que une las formas con las ideas. Se refieren a la emoción de lo vivido, al recuerdo, a experiencias convertidas en sentimientos. También aparece el amor, el desengaño, el deseo de evasión, la desesperanza y la muerte. Su pureza y humildad, junto con su engañosa sencillez, suponen la -culminación de la poesía del sentimiento y de la fantasía-, en palabras de Jorge Guillén, y como dijo Luis Cernuda: -Desempeñan en nuestra poesía moderna, un papel equivalente al de Garcilaso en nuestra poesía clásica: el de crear una nueva tradición que llega a sus descendientes.-

328e81d7f3431875cca2c807b0c96f1e

873adfcf9ccfe91adc6b9b7f0c391698

Un acento poético semejante y una calidad artística nada inferior, tienen las Leyendas, título con el que se agrupan todas las narraciones en prosa de Bécquer. Se publicaron originalmente en periódicos, entre 1861 y 1863, por lo que se supone que su composición fue anterior a la mayor parte de las Rimas. Son veintidós y están escritas con un estilo vaporoso, delicado y rítmico, donde abundan las descripciones, las imágenes y las sensaciones. Revelan un aspecto importante del romanticismo literario de su autor al mostrar un interés artístico y arqueológico por la edad media, con sus templos y claustros románicos o góticos, campos sombríos y calles tenebrosas, palacios y castillos. Predomina en ellas un espíritu donde se impone lo misterioso, lo sobrenatural y mágico con historias de raíz popular en muchas ocasiones, en las que la búsqueda de lo inalcanzable suele ser su argumento central. Bécquer también escribió teatro, adaptó obras dramáticas ligeras francesas e italianas. Colaboró en una gran obra editorial, Historias de los templos de España, de la que sólo apareció un volumen, en 1864. Y en sus Cartas literarias a una mujer, de 1860-61, expone sus puntos de vista con respecto a su poesía, que para él es -estética del sentimiento.- Las Rimas y las Leyendas de Bécquer continúan editándose con regularidad y, aún hoy en día, constituyen uno de los puntos de referencia capitales de la literatura moderna española.

4915b749004b72ca65a9de479a40be7d

becquer2

FUENTE: https://www.epdlp.com/escritor.php?id=1452

TEXTOS

La cueva de la mora (fragmento)

“ Frente al establecimiento de baños de Fitero, y sobre unas rocas cortadas a pico, a cuyos pies corre el río Alhama, se ven todavía los restos abandonados de un castillo árabe, célebre en los fastos gloriosos de la reconquista por haber sido teatro de grandes y memorables hazañas, así por parte de los que lo defendieron como de los que valerosamente clavaron sobre sus almenas el estandarte de la cruz. De los muros no quedan más que algunos ruinosos vestigios; las piedras de la atalaya han caído unas sobre otras al foso y lo han cegado por completo; en el patio de armas crecen zarzales y matas de jaramago; por todas partes adonde se vuelven los ojos no se ven más que arcos rotos, sillares oscuros y carcomidos; aquí un lienzo de barbacana, entre cuyas hendiduras nace la yedra; allí un torreón que aún se tiene en pie como por milagro; más allá los postes de argamasa con las anillas de hierro que sostenían el puente colgante. 

62679437824ad6d588a68a5b003630cf

0dcfa55eea93d103d538b1bd7bc5f436

Leyendas (fragmento)

“ -Tenéis la color quebrada; andáis mustio y sombrío. ¿Qué os sucede? Desde aquel día, que yo siempre tendré por funesto, en que llegasteis a la fuente de los Alamos en pos de la res herida, diríase que una mala bruja os ha encanijado con sus hechizos. Todas las mañanas tomáis la ballesta para enderezaros en solitario a la espesura y permanecer en ella hasta que el sol se esconde. Y cuando la noche oscurece y volvéis pálido y fatigado al castillo, en balde busco en la bandolera los despojos de la caza. ¿Qué os ocupa tan largas horas, lejos de los que más os quieren?
Mientras Iñigo hablaba, Fernando, absorto en sus ideas, sacaba maquinalmente astillas de su escaño de ébano con el cuchillo del monte.
Después de un largo silencio, el joven exclamó, como si no hubiera escuchado una palabra de su servidor: -Iñigo, tú, que eres viejo; tú, que conoces todas las guaridas del Moncayo, dime ¿has encontrado por acaso una mujer que vive entre sus rocas?
-¡Una mujer! -exclamó el montero con asombro.
-Sí -dijo el joven-; es una cosa extraña lo que me sucede, muy extraña… Creí poder aguantar ese secreto eternamente, pero no es ya posible. Voy, pues, a revelártelo… Tú me ayudarás a devanecer el misterio que envuelve a esa criatura que, al parecer, sólo para mí existe, pues nadie puede darme razón de ella… Desde el día en que llegué a la fuente de los Álamos y, atravesando sus aguas, recobré el ciervo que vuestra superstición hubiera dejado huir, se me llenó mi alma del deseo de la soledad. Tú no conoces el sitio. Mira: la fuente brota escondida en el seno de una peña y cae resbalando gota a gota por entre las verdes y flotantes hojas de las plantas que crecen entre los céspedes, y, susurrando, se alejan por entre las arenas, y forman un cauce, y luchan con los obstáculos que se oponen a su camino, y saltan, y huyen, y corren, unas veces con risas, otras con suspiros, hasta caer en un lago. En el lago caen con un rumor indescriptible. Lamentos, palabras, nombres, cantares, yo no sé lo que he oído en aquel rumor cuando me he sentado solo y febril sobre el peñasco, a cuyos pies saltan las aguas de la fuente misteriosa para estancarse en una balsa profunda, cuya inmóvil superficie apenas riza el viento de la tarde. Todo allí es grande. 

a14cae83169afc58313c331061c47a7d

becquer1

Olas gigantes, que os rompéis bramando, de Rimas

“ Olas gigantes, que os rompéis bramando,
en las playas desiertas y remotas:
envuelto entre las sábanas de espumas,
¡llevadme con vosotras!

Ráfagas de huracán, que arrebatáis
del alto bosque las marchitas hojas:
arrastrado en el ciego torbellino,
¡llevadme con vosotras!

Nubes de tempestad, que rompe el rayo,
y en fuego ornáis las desprendidas orlas :
arrebatado entre la niebla oscura,
¡llevadme con vosotras!

Llevadme, por piedad, a donde el vértigo
con la razón me arranque la memoria…
¡Por piedad!… ¡Tengo miedo de quedarme
con mi dolor a solas! ”

ae8caddaa9559a525d9bc33d0cee92aa

b4000bff6267588e9feb3b0cad27b3d1

 

 

FEDERICO GARCÍA LORCA (ESPAÑA,1898-1936)

5eac46f14791c7d74c5d712bbce782cc

 FEDERICO GARCÍA LORCA : UN DIAMANTE “LIMPIO EN LA POESÍA”

Poeta y dramaturgo español; es el escritor de esta nacionalidad más famoso del siglo XX y uno de sus artistas supremos. Su asesinato durante los primeros días de la Guerra Civil española hizo de él una víctima especialmente notable del franquismo, lo que contribuyó a que se conociera su obra. Sin embargo, sesenta años después del crimen, su valoración y su prestigio universal permanenecen inalterados. Nació en Fuente Vaqueros (Granada), en el seno de una familia de posición económica desahogada. Estudió bachillerato y música en su ciudad natal y, entre 1919 y 1928, vivió en la Residencia de Estudiantes, de Madrid, un centro importante de intercambios culturales donde se hizo amigo del pintor Salvador Dalí, el cineasta Luis Buñuel y el también poeta Rafael Alberti, entre otros, a quienes cautivó con sus múltiples talentos. Viajó a Nueva York y Cuba en 1929-30. Volvió a España y escribió obras teatrales que le hicieron muy famoso. Fue director del teatro universitario La Barraca, conferenciante, compositor de canciones y tuvo mucho éxito en Argentina y Uruguay, países a los que viajó en 1933-34.

92d5382f9033612f785cff2ac0724fa2

 

99ec555e5659587764eb4080a7fd8efe

Sus primeros poemas quedaron recogidos en Libro de poemas, de 1921, una antología que tiene grandes logros. En 1922 organizó con el compositor Manuel de Falla, el primer festival de cante jondo, y ese mismo año escribió precisamente el Poema del cante jondo, aunque no lo publicaría hasta 1931. El Primer romancero gitano, de 1928, es un ejemplo genial de poesía compuesta a partir de materiales populares, y ofrece una Andalucía de carácter mítico por medio de unas metáforas deslumbrantes y unos símbolos como la luna, los colores, los caballos, el agua, o los peces, destinados a transmitir sensaciones donde el amor y la muerte destacan con fuerza. Tras los Poemas en prosa, escribió en Nueva York un gran ciclo profético y metafísico en el que el autor apuesta por los oprimidos, sin dejar de sacar a relucir sus obsesiones íntimas. El ciclo iba a constar de dos libros, Poeta en Nueva York, escrito entre 1929 y 1930, pero que no se publicó hasta 1940, y Tierra y Luna, del que algunos poemas fueron incluidos en Diván del Tamarit, concluido en 1934, aunque también se publicó póstumamente. Calificados muchas veces de surrealistas, los poemas de esa obra clave de García Lorca que es Poeta en Nueva York, expresan el horror ante la falta de raíces naturales, la ausencia de una mitología unificadora o de un sueño colectivo que den sentido a una sociedad impersonal, violenta y desgarrada. Por su parte, los incompletos Sonetos del amor oscuro, escritos durante una temporada en Nueva Inglaterra (Estados Unidos), expresan una desesperación más personal y constituyen unas muestras admirables de erotismo, que sólo recientemente han sido dadas a conocer. Otro importante poema de Lorca, dentro de la línea del neopopulismo, es el Llanto por Ignacio Sánchez Mejías, de 1935, una elegía compuesta al morir ese torero intelectual, amigo de muchos de los poetas de la generación de Lorca. Mientras que los Seis poemas galegos, del mismo año, consiguen trascender las referencias populares evidentes.

9882a6e00d2e15238b83c170df087343

El teatro de Lorca es, junto al de Valle-Inclán, el más importante escrito en castellano durante el siglo XX. Se trata de un teatro de una gama muy variada con símbolos o personajes fantásticos como la muerte y la Luna, lírico, en ocasiones, con un sentido profundo de las fuerzas de la naturaleza y de la vida. Entre sus farsas, escritas de 1921 a 1928, destacan Tragicomedia de don Cristóbal y Retablillo de don Cristóbal, piezas de guiñol, y sobre todo La zapatera prodigiosa, una obra de ambiente andaluz que enfrenta realidad e imaginación. También pertenece a la categoría de farsa Amor de don Perlimplín con Belisa en su jardín. De 1930 y 1931 son los dramas calificados como -irrepresentables-, El público y Así que pasen cinco años, obras complejas con influencia del psicoanálisis, que ponen en escena el mismo hecho teatral, la revolución y la homosexualidad, a partir de un complejo sistema de correspondencias. Dos tragedias rurales son Bodas de sangre, de 1933, y Yerma, de 1934, donde se aúnan mitología, mundos poéticos y realidad. En Doña Rosita la soltera, de 1935, aborda el problema de la solterona española, algo que también aparece en La casa de Bernarda Alba, concluida en junio de 1936, y que la crítica suele considerar la obra fundamental de Lorca. Al comienzo de su carrera también había escrito dos dramas modernistas, El maleficio de la mariposa (1920) y Mariana Pineda (1927). El mundo de García Lorca supone una capacidad creativa, poder de síntesis y facultad natural para captar, expresar y combinar la mayor suma de resonancias poéticas, sin esfuerzo aparente, y llegar a la perfección, no como resultado de una técnica conseguida con esfuerzo, sino casi de golpe. La variedad de formas y tonalidad resulta deslumbrante, con el amor, presentado en un sentido cósmico y pansexualista, la esterilidad, la infancia y la muerte como motivos fundamentales. Sus posiciones antifascistas y su fama le convirtieron en una víctima fatal de la Guerra Civil, en Granada, donde le fusilaron.

66780abe2240966da3f068263da7fe63

https://www.epdlp.com/escritor.php?id=1953

 

 

b4fa9274cc1f9b829ae85ef1ec2a44e7

8185dc9c4276f8c038c1e84718469e3c

Texto de la semana
Federico García Lorca
(España, 1898-1936)
Cuerpo presente, de Llanto por Ignacio Sánchez Mejías
” La piedra es una frente donde los sueños gimen
sin tener agua curva ni cipreses helados.
La piedra es una espalda para llevar al tiempo
con árboles de lágrimas y cintas y planetas.

Yo he visto lluvias grises correr hacia las olas
levantando sus tiernos brazos acribillados,
para no ser cazadas por la piedra tendida
que desata sus miembros sin empapar la sangre.

Porque la piedra coge simientes y nublados,
esqueletos de alondras y lobos de penumbra;
pero no da sonidos, ni cristales, ni fuego,
sino plazas y plazas y otras plazas sin muros.

Ya está sobre la piedra Ignacio el bien nacido.
Ya se acabó; ¿qué pasa? Contemplad su figura:
la muerte le ha cubierto de pálidos azufres
y le ha puesto cabeza de oscuro minotauro.

Ya se acabó. La lluvia penetra por su boca.
El aire como loco deja su pecho hundido,
y el Amor, empapado con lágrimas de nieve
se calienta en la cumbre de las ganaderías.

¿Qué dicen? Un silencio con hedores reposa.
Estamos con un cuerpo presente que se esfuma,
con una forma clara que tuvo ruiseñores
y la vemos llenarse de agujeros sin fondo.

¿Quién arruga el sudario? ¡No es verdad lo que dice!
Aquí no canta nadie, ni llora en el rincón,
ni pica las espuelas, ni espanta la serpiente:
aquí no quiero más que los ojos redondos
para ver ese cuerpo sin posible descanso.

Yo quiero ver aquí los hombres de voz dura.
Los que doman caballos y dominan los ríos;
los hombres que les suena el esqueleto y cantan
con una boca llena de sol y pedernales.

Aquí quiero yo verlos. Delante de la piedra.
Delante de este cuerpo con las riendas quebradas.
Yo quiero que me enseñen dónde está la salida
para este capitán atado por la muerte.

Yo quiero que me enseñen un llanto como un río
que tenga dulces nieblas y profundas orillas,
para llevar el cuerpo de Ignacio y que se pierda
sin escuchar el doble resuello de los toros.

Que se pierda en la plaza redonda de la luna
que finge cuando niña doliente res inmóvil;
que se pierda en la noche sin canto de los peces
y en la maleza blanca del humo congelado.

No quiero que le tapen la cara con pañuelos
para que se acostumbre con la muerte que lleva.
Vete, Ignacio: No sientas el caliente bramido.
Duerme, vuela, reposa: ¡También se muere el mar! “

0778aa984f9fd62f00a15d1cc2236fc1

La casa de Bernarda Alba (fragmento)

“ No me toques!, no quieras ablandar mis ojos… aunque quisiera verte como hermana, no te miro ya más que como mujer.
Todo el pueblo contra mi, quemándome con sus dedos de lumbre. Y me pondré la corona de espinas que llevan las que son queridas de algún hombre casado. 

lorca

 

lorca1

 

lorca2

 

lorca3

 

lorca9

New York (Oficina y denuncia), de Un poeta en Nueva York

“ Debajo de las multiplicaciones
hay una gota de sangre de pato;
debajo de las divisiones
hay una gota de sangre de marinero;
debajo de las sumas, un río de sangre tierna.
Un río que viene cantando
por los dormitorios de los arrabales,
y es plata, cemento o brisa
en el alba mentida de New York.
Existen las montañas. Lo sé.
Y los anteojos para la sabiduría.
Lo sé. Pero yo no he venido a ver el cielo.
Yo he venido para ver la turbia sangre.
La sangre que lleva las máquinas a las cataratas
y el espíritu a la lengua de la cobra.
Todos los días se matan em New York
cuatro millones de patos,
cinco millones de cerdos,
dos mil palomas para el gusto de los agonizantes,
un millón de vacas,
un millón de corderos
y dos millones de gallos,
que dejan los cielos hechos añicos.
Más vale sollozar afilando la navaja
o asesinar a los perros
en las alucinantes cacerías,
que resistir en la madrugada
los interminables trenes de leche,
los interminables trenes de sangre
y los trenes de rosas maniatadas
por los comerciantes de perfumes.
Los patos y las palomas,
y los cerdos y los corderos
ponen sus gotas de sangre
debajo de las multiplicaciones,
y los terribles alaridos de las vacas estrujadas
llenan de dolor el valle
donde el Hudson se emborracha con aceite.
Yo denuncio a toda la gente
que ignora la otra mitad,
la mitad irredimible
que levanta sus montes de cemento
donde laten los corazones
de los animalitos que se olvidan
y donde caeremos todos
en la ultima fiesta de los taladros.
Os escupo en la cara.
La otra mitad me escucha
devorando, orinando, volando, en su pureza
como los niños de las porterías
que llevan frágiles palitos
a los huecos donde se oxidan
las antenas de los insectos.
No es el infierno, es la calle.
Nos es la muerte, es la tienda de frutas.
Hay un mundo de ríos quebrados
y distancia inacesibles
en la patita de ese gato
quebrada por el automóvil,
y yo oigo el canto de la lombriz
en el corazón de muchas niñas.
Oxido, fermento, tierra estremecida.
Tierra tú mismo que nadas
por los números de la oficina.
Qué voy a hacer? Ordenar los paisajes?
Ordenar los amores que luego son fotografías,
que luego son pedazos de madera
y bocanadas de sangre?
San Ignacio de Loyola
asesinó un pequeño conejo
y todavía sus labios gimen
por las torres de las iglesias.
No, no, no, no; yo denuncio.
Yo denuncio la conjura
de estas desiertas oficinas
que no radían las agonías,
que borran los programas de la selva,
e me ofrezco a ser comido
por las vacas estrujadas
cuando sus gritos llenan el valle
donde el Hudson se emborracha con aceite. 

d8d14c941a68f2b8d1ffedec2af0d96f