FLAVIO JOSEFO,JUDÍO FARISEO (N.37-38-ROMA,101)

17.05.2013 09:45

 

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FLAVIO JOSEFO

Tito Flavio Josefo también conocido por su nombre hebreo José ben Matityahu o Josefo ben Matityahu (n. 37-38 – Roma101fue un historiador judío fariseo, descendiente de familia de sacerdotes. Hombre de acción, estadista y diplomático, fue uno de los caudillos de la rebelión de los judíos contra los romanos. Hecho prisionero y trasladado a Roma, llegó a ser favorito de la familia imperial Flavia. En Roma escribió, en griego, sus obras más conocidas: La guerra de los judíosAntigüedades judías y Contra Apión. Fue considerado como un traidor a la causa judía y odiado por los judíos. Su obra se ha conservado gracias a los romanos y a los cristianos.

FUENTE: https://es.wikipedia.org

 

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Biografía

Flavio Josefo (en griego antiguo Ἰώσηπος, Iốsēpos, en hebreo וסף בן מתתיהו) nació alrededor del año 37 d.C, en el seno de una familia sacerdotal de Judea ligada a la monarquía de los asmoneos. Su nombre originario era Yosef bar Mattityahu o Yossef ben Matityahou, es decir, José hijo de Matías, aunque cuando el emperador Vespasiano hizo de él un ciudadano romano lo latinizó asociándolo a la familia del bienhechor que lo liberó tras hacerle prisionero, como Titus Flavius Iosephus. En los siglos XVI y XVIII se impuso la modalidad ortográfica de «Josefo» para distinguirlo de los santos llamados José, aunque los ingleses lo citan por su nombre latino «Josephus».

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The romanticized woodcut engraving of Flavius Josephus appearing in William Whiston’s translation of his works. (Photo credit: Wikipedia)

Ya desde pequeño se caracterizó por su buena memoria y su facilidad de aprendizaje, lo que le permitió desarrollar sus dotes intelectuales. En el año 64 se trasladaría a Roma para conseguir de Nerón la liberación de algunos sacerdotes judíos amigos suyos capturados durante las revueltas judías contra los romanos, causa por la que es procesado y encarcelado. Sin embargo, pronto es liberado gracias al apoyo de Popea Sabina, esposa del emperador.

Tras su vuelta a Jerusalén, en el año 66 estalló la Gran Revuelta Judía. Fue designado por el Sanedrín de Jerusalén como comandante en jefe de Galilea, organizando su administración y defensa. Capituló en el verano del año 67, tras seis semanas defendiendo la casi inexpugnable fortaleza de Jotapata. La mayoría de sus compatriotas fueron asesinados y Josefo fue capturado y llevado ante la presencia del por entonces general Vespasiano. Ante él hizo muestras de su gran formación y predijo que pronto sería emperador, lo que le llevó a ganarse el perdón cuando se cumplió la predicción. Así, Josefo pasó a llamarse Flavio Josefo, siendo liberado en el año 69.

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Josefo se unió al séquito de Tito, hijo de Vespasiano, en el año 70 en su marcha hacia Judea, siendo testigo ocular de la destrucción de Jerusalén y del Segundo templo y participando como mediador entre ambas partes.

En el año 71 viaja a Roma y, por orden del emperador, se le otorga una pensión, la ciudadanía romana bajo el nombre de Tito Flavio y una casa que fue residencia del mismo Vespasiano. Será aquí donde desarrollará su trabajo literario e histórico. Murió durante el mandato de Trajano (probablemente en el 101).

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Pensamiento

Flavio Josefo no busca la asimilación del mundo hebreo al grecorromano, sino el reconocimiento de su dignidad. Sobre su método nos dice: «…yo creo que si lo que interesa es extraer la verdadera interpretación de los hechos a partir de los hechos mismos, y no seguir vanas opiniones, lo adecuado es todo lo contrario [no despreciar los testimonios de los pueblos no griegos]» (Antigüedades judías, 6). El autor consideraba que la audacia es una fuerza fundamental en los acontecimientos históricos, por ejemplo: «… no consiguieron lo que habían planeado contra mí, pues yo les había salido al paso con una estratagema mejor» (Autobiografía, LV). A pesar de creer en la potencia de la Fortuna, no es supersticioso: «y ridiculizaba lo absurdo de la acusación de brujería, señalando que si los romanos pudiesen vencer a sus enemigos mediante hechiceros, no mantendrían tantos miles de soldados» (Autob., XXI).

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La guerra de los judíos es una obra literaria escrita en el siglo I por el autor judeorromano Flavio Josefo en griego, cuyo título original sería Ἱστορία Ἰουδαϊκού πολέμου πρὸς Ῥωμαίους (Historía Ioudaïkoû polémou pròs Rhōmaíous). Se centra en la historia del antiguo Israel desde la conquista de Jerusalén por Antíoco IV Epífanes en el año 164 a. C. hasta el final de la Primera Guerra Judeo-Romana en el año 73 d. C.

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FUENTE: https://www.epdlp.com

 

Las guerras de los judíos (fragmento)
“ Pareció a Cestio que no era tiempo de estar quedo, pues que los judíos eran en todas partes aborrecidos y desechados; y así, trayendo consigo la legión duodécima toda entera de Antioquía, y más de dos mil de gente de a pie escogida de las otras, y cuatro escuadras de gente de a caballo, además de ésta el socorro de los reyes, es a saber, de Amtloco dos mil caballos y tres mil de a pie, y todos su flecheros; de Agripaotros tantos de a pie y mil caballos; y siguiendo Sohemo, salió de Ptolemaída acompañado con cuatro mil, de los cuales la tercera parte era de gente de a caballo, y los demás eran flecheros. Muchos de las ciudades se juntaron de socorro, no tan diestros como los soldados, mas lo que la faltaba en el saber, suplían con presteza y odio que tenían contra los judíos. Agripa también venía con Cestio como capitán, para dar consejo, así en todo lo que era necesario, como por donde habían de caminar.
Cestio, sacada consigo una parte del ejército, fue contra la más fuerte ciudad de Galilea, llamada Zabulón de los Varones, la cual aparta a Ptolemaida de los fines y términos de los judíos: y hallándola desamparada de todos sus ciudadanos, porque la muchedumbre se había huido a los montes, pero llena de todas las cosas y riquezas, concedió a sus soldados que las robasen, y mandó quemar la villa toda, aunque se maravilló de ver su gentileza, porque había casas edificadas de la misma manera que en Sidonia, Tiro y Berito.
Después discurrió por todo el territorio, y robó y destruyó todo cuanto halló en el camino; y quemados todos los lugares que alrededor había, se volvió a Ptolemaida.
Estando aún los siros ocupados en el saqueo, y principalmente los beritios, cobrando algún ánimo y esperanza los judíos, porque ya sabían que había partido Cestio, dieron presto en los que habían quedado, y mataron casi dos mil.
Partiendo Cestio de Ptolemaida, se vino a Cesárea, y envió delante parte de su ejército a Jope, con tal mandamiento que guardasen la villa si la pudiesen ganar, y que si los ciudadanos de allí sentían lo que querían hacer, esperasen hasta que él y la otra gente de guerra llegase. Partiendo, pues, los unos por mar, y los otros por tierra, tomaron por ambas partes fácilmente a Jope, de tal manera, que los que allí vivían, aun no podían ni tenían lugar ni ocasión para huir, cuanto menos para aparejarse a la pelea.
Arremetiendo la gente contra los judíos, los mataron a todos con sus familias; y habiendo robado la ciudad, le dieron fuego. El número de los muertos llegó a ocho mil cuatrocientos.
De la misma manera envió muchos de a caballo al señorío de Narlatene, que está cerca de los confines de Samaria, los cuales tomaron parte de las fronteras, y mataron gran muchedumbre de los naturales, y robando cuanto tenían, dieron también fuego a todos los lugares. 

Matanza de los Inocentes